CAMNSA | MEDICINA NUCLEAR
Ítalo Cavassa, Gerente General de Camnsa: “No hay que tener miedo al diagnóstico de cáncer”

Ítalo Cavassa, Gerente General de Camnsa: “No hay que tener miedo al diagnóstico de cáncer”

El día que inauguró el Centro  Avanzado de Medicina Nuclear y tuvo el primer paciente, fue el día en que falleció su padre. “Creo que mi papá ya se está yendo”, le dijo su hermano por teléfono. Corrió a su casa con la primera imagen que sacaron en el centro. “¡Papá, ya tenemos el primer paciente!”, alcanzó a decirle. Dentro de su agonía, Carlos se inclinó ligeramente y le hizo un gesto de aprobación. “Mi padre estaba conmigo en este proyecto”, me dice.

 

En 1875 sus abuelos fundaron la fábrica de chocolates El Tigre, que produjo los clásicos Yo Yo, Chocomel e incluso helados. El dulce se convirtió en una tradición en los Cavassa, que duró 145 años. En la década de los noventa migraron a la industria del mueble y, años después, Ítalo y su padre emprendieron lo que hoy es el Centro Avanzado de Medicina Nuclear, que atiende, en la mayoría de los casos, pacientes con cáncer. Precisamente, hoy se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer.

 

A los 5 años de edad conoció la muerte. Sus primos de 3, 4 y 7 años de edad fallecieron por cáncer de cerebro. “Toda mi familia, por parte de padre, se ha muerto de esta enfermedad”, expresa con serenidad. 

Ítalo es ingeniero industrial con alma de médico, es ingeniero con el corazón de un hijo al que el cáncer le arrebató a su padre y que ha hecho de un emprendimiento una lucha personal para salvar vidas. 

 

-Tras la partida de su padre y la inauguración del centro, ¿qué sensación queda?

Tristeza, pero rabia de saber que hoy en día existen tantas herramientas. Frustración de saber que ya no se podía hacer nada. Él falleció el 7 de mayo de 2010, que es la fecha de aniversario de la empresa.

 

¿Es un día para celebrar?

Se celebra porque hemos revolucionado la técnica de diagnóstico por imágenes. Hoy en día nos preguntamos: ¿La enfermedad está creciendo o la estamos detectando más temprano? Ambas cosas.

 

¿Cuál es la función de la medicina nuclear?

Es una especialidad de la medicina que usa radioisótopos para fines diagnósticos y terapéuticos, para tratar cánceres u otro tipo de enfermedades, como las neurológicas. La medicina nuclear es para cánceres específicos a nivel terapéutico; y a nivel de diagnóstico, aplica para la mayoría de casos de cáncer. No existe un método de diagnóstico que aplique para todos. Pero la medicina nuclear tiene mucho mayor valor predictivo positivo que cualquier otro; es decir, si yo detecto algo, tiene mucha veracidad comparada con otros métodos de diagnóstico. Cuando tienes sospecha de cáncer o lo tienes, la medicina nuclear entra, es muy específica, y ayuda a que el médico tome mejores decisiones.

 

A nivel de terapia, ¿la medicina nuclear es menos dañina que, por ejemplo, los tratamientos con quimioterapia?

Claro. Con la medicina nuclear se puede saber si está haciendo efecto o no. Cuantifica las lesiones. No se puede mejorar lo que no puedes medir.

 

¿Cualquiera puede acceder a este servicio?

Cualquiera, pero siempre referenciado por un médico. Es un método muy especializado.

 

¿El futuro está en la medicina nuclear?

Sí. No hay ninguna especialidad que vea la enfermedad a nivel celular; ya después veremos a nivel de ADN, que es otro futuro.

 

¿A la industria le conviene?

Sí, porque se evita tratamientos más costosos.

 

Hay casos emblemáticos que han recurrido a la medicina nuclear, como Cecilia Tait.

Cecilia sigue su tratamiento cada dos años o cada año. También está el profesor Miguel Company. La medicina nuclear opera antes de que se evidencie cualquier tipo de lesión.

 

¿Qué debe ocurrir para que la medicina nuclear llegue a más personas?

El paciente debe conocer de la existencia de este método, y no debe tenerle miedo. El médico debe saber más de nosotros; y que se diga a los seguros que esta herramienta ya está en práctica.

 

¿Cuál es el futuro del cáncer?

La prevención del cáncer va a ser muy importante, pero más importante será agarrarlo a nivel de ADN. Ese es el futuro, cuando todos tengamos la posibilidad de detectar el cáncer a nivel de ADN.

 

¿Incluso al nacer?

Sí, ahorita te sacan sangre y te hacen una serie de análisis que incluyen la medicina nuclear y te dicen que en los próximos años tienes mucha tendencia a tener un cáncer de tal cosa, porque te hacen un estudio hasta de vida familiar y se te dice cómo tienes que llevar tu vida. Hay que hacerse las pruebas preventivas, no hay que tenerles miedo a estos diagnósticos. Muchos dicen: “No, no quiero saber la verdad”. Es mejor tener una salida a que te digan que no hay nada que hacer, que fue el caso de mi padre.

 

¿Por qué no continuó la tradición familiar de la fábrica de chocolates?

La fábrica se vendió en 1996 más o menos. La fábrica era de toda la familia Cavassa, que venía desde mis abuelos. Se vendió porque había que reestructurar toda la empresa y mi padre no podía hacerse cargo de eso, y cambió de rubro a muebles, le vendía a Hogar, que en esa época existía.

 

Bueno, su infancia fue una bien dulce.

(Ríe). Bastante dulce y no teníamos los dientes picados, pese a que nos comíamos una bolsa entera de Yo Yo en cinco minutos.

 

¿Ya sanó la herida de la muerte del padre?

Ya sanó porque creo que hemos ayudado a muchas personas a curarse. Acá atendemos al año a cerca de 4 mil pacientes oncológicos y más del 50% sale sanado. Me siento muy contento viendo que el paciente salga limpio de cáncer después de su terapia. Y que mi papá, arriba en el cielo, vea y diga: “Sí, pues, hiciste algo bueno”. Creo que él debe estar muy contento.

 

¿Qué le diría?

¡Lo logramos!

 

AUTOFICHA

- “Soy Ítalo Alejandro Cavassa Morales. Nací en Lima, tengo 42 años. Estudié Ingeniería Industrial en el Perú, luego un posgrado para ver el tema logístico en esta industria (vinculada a la salud). Y ahora quisiera hacer una maestría, precisamente, en gestión de negocios”.

- “Tenemos cincos centros: tres en Miraflores y dos en San Borja, uno más por abrir en la zona de Surco y otro en Arequipa. Ya hemos atendido más de 30 mil pacientes desde mayo de 2010. El 70% por cáncer, el 15% de corazón y la diferencia, en atenciones varias”.

- “Para 2020 tenemos que entrar a Arequipa y Piura; y hay que reforzar el uso de la técnica (de diagnóstico) PET, debemos tener el segundo PET para este año. Estos PET entran en mantenimiento y se dejan de ver muchos pacientes, el cáncer no espera. El médico necesita la herramienta para el tratamiento”.

 

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